Ingredientes para 4 personas
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4 pechugas de pollo (sin piel ni hueso)
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100 g de nueces Monte Sesma, ligeramente trituradas
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2 cucharadas de pan rallado
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1 cucharadita de hierbas provenzales secas (orégano, romero, tomillo y albahaca)
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1 diente de ajo picado fino
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2 cucharadas de queso parmesano rallado (opcional)
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1 huevo
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2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
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Zumo de medio limón
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Sal y pimienta negra al gusto
Paso a paso
1. Prepara la mezcla de nueces y hierbas
En un bol, mezcla las nueces Monte Sesma trituradas, el pan rallado, las hierbas provenzales, el ajo picado y el queso parmesano (si decides usarlo).
Añade una pizca de sal, pimienta negra y una cucharada de aceite de oliva. Remueve bien hasta conseguir una textura de migas gruesas, similar a un crumble.
Esta mezcla será la costra que cubrirá el pollo, aportando un toque crujiente y aromático inconfundible.
2. Marina las pechugas
Coloca las pechugas de pollo en una fuente y rocíalas con zumo de limón, un chorrito de aceite de oliva, sal y pimienta.
Deja reposar 15 minutos para que absorban los sabores y se mantengan jugosas durante el horneado.
3. Cubre el pollo con la costra
Bate el huevo en un plato y pasa cada pechuga primero por el huevo y después por la mezcla de nueces, presionando ligeramente para que la costra se adhiera bien.
Coloca las piezas sobre una bandeja de horno cubierta con papel vegetal o ligeramente engrasada con aceite de oliva.
4. Hornea hasta dorar
Precalienta el horno a 190 °C (calor arriba y abajo).
Hornea las pechugas durante 25 – 30 minutos, o hasta que estén doradas por fuera y cocidas por dentro.
Si deseas un acabado más crujiente, puedes gratinarlas durante los últimos 3 minutos a temperatura alta.
Al sacarlas, déjalas reposar unos minutos antes de servir para que los jugos se redistribuyan.
Consejos del chef
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Toque gourmet: añade una cucharadita de miel o mostaza de Dijon a la mezcla de nueces para un sabor dulce y ligeramente picante.
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Textura ideal: tritura las nueces sin hacerlas polvo; los trozos pequeños aportan más contraste y crujido.
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Acompañamiento perfecto: sirve el pollo con puré de patata, arroz jazmín o una ensalada verde con vinagreta de limón.
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Versión vegetariana: sustituye el pollo por berenjenas o calabacines en láminas gruesas, aplicando la misma cobertura.


